lunes, 5 de octubre de 2009

Adios


Las 17 horas se aproximan. El sonido del viento anuncia una despedida. El tiempo lo  inevitable marcó.

Antes de partir exclamó “aquí he estado y aquí regresaré…” Entre destellos de un sol rojo su mirada se quebró. Con el viento, el olor de su piel desapareció.

Su partida la voz oscureció, desolación. La casa que construyó  se cayó. Es difícil olvidar lo que no se quiere recordar.

Sus ojos nunca le permitieron mentir, nunca hubo una excepción.  La luz se quebró, el sonido se ahogó, las palabras junto a la razón. El rayo que durante un momento alumbró, desvaneció.

Adiós, la ciudad me vio volver. Adiós, ya empezó a oscurecer. Adiós, ocupo algo en que creer.

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